Siempre se ha dicho a los jóvenes de 12 a 14 años lo típico de… “Niño como se nota que estás ya en la edad del pavo” o algo similar. Pues se ha investigado sobre esto y todo se basa a la configuración de nuestro cerebro durante esa época tan bonita de nuestra vida.
Esto se debe a que nuestras neuronas tienen prácticamente el mismo ADN pero los genes se activan en cada neurona en un periodo diferente según nuestra edad. El epigenoma, es una parte del cerebro que controla el razonamiento, toma las decisiones conscientes o la conducta social entre otras tareas. Esta zona es la que se ha estudiado y se ha observado que cambia su actividad en cada etapa de la vida.
Según han analizado, se han dado cuenta que la cantidad de genes que se inactivan aumenta desde que nacemos hasta los 16 años y que luego en el final de la adolescencia desaparecen los cambios más drásticos en el córtex frontal.
La “edad del pavo” es esencial para la configuración de nuestro cerebro ya que es una etapa de “ajuste” para el cerebro y se decide qué genes se expresarán en qué células durante el resto de la vida. Esto provoca que se activen y desactiven genes en poco tiempo y se produzcan altibajos emocionales y cambios de conducta.
En el final de la adolescencia es cuando se decide qué genes se quedarán activados y cuales se quedarán silenciados. También se determina si pueden activarse enfermedades del sistema nervioso.
Todo esto explica los múltiples cambios de humor, las tonterías de los jóvenes y las locuras que hacen.
Esto se debe a que nuestras neuronas tienen prácticamente el mismo ADN pero los genes se activan en cada neurona en un periodo diferente según nuestra edad. El epigenoma, es una parte del cerebro que controla el razonamiento, toma las decisiones conscientes o la conducta social entre otras tareas. Esta zona es la que se ha estudiado y se ha observado que cambia su actividad en cada etapa de la vida.
Según han analizado, se han dado cuenta que la cantidad de genes que se inactivan aumenta desde que nacemos hasta los 16 años y que luego en el final de la adolescencia desaparecen los cambios más drásticos en el córtex frontal.
La “edad del pavo” es esencial para la configuración de nuestro cerebro ya que es una etapa de “ajuste” para el cerebro y se decide qué genes se expresarán en qué células durante el resto de la vida. Esto provoca que se activen y desactiven genes en poco tiempo y se produzcan altibajos emocionales y cambios de conducta.
En el final de la adolescencia es cuando se decide qué genes se quedarán activados y cuales se quedarán silenciados. También se determina si pueden activarse enfermedades del sistema nervioso.
Todo esto explica los múltiples cambios de humor, las tonterías de los jóvenes y las locuras que hacen.