El tratamiento de las enfermedades bacterianas es la lucha del hombre frente a los microorganismos. El hombre dispone de las propias defensas del organismo y además de armas muy potentes como son los fármacos antimicrobianos, pero las bacterias pueden desarrollar sus mecanismos de resistencia para destruirlos y hacerse insensibles a ellos. Por esto hay que elegir el antibiótico que por sus características farmacológicas y por otros parámetros sean efectivos donde deben serlo y contra los agentes que pretendemos que lo sean. Ante una infección hay que sospechar el origen (etiología), plantearse si realmente hay necesidad de tratamiento específico, tomar las muestras adecuadas previas al tratamiento, pensar qué antibiótico es activo contra los patógenos sospechados, asegurarse de que puede llegar en cantidades suficientes al lugar de la infección y que tenga un precio aceptable. Las dosis e intervalos, aun cuando existen guías terapéuticas, deben razonarse valiéndonos de nuestra experiencia y teniendo en cuenta los patrones de sensibilidad de nuestro entorno. Un microorganismo puede hacerse resistente de 3 maneras:
Ahora les expondremos los motivos para evitar el mal uso de los antimicrobianos:
La resistencia a los antimicrobianos mata.
Al hacerse resistentes, el periodo patogénico se alarga, lo cual posibilita la muerte del enfermo.
Pone en peligro el control de las enfermedades infecciosas.
Los microorganismos resistentes tardan más tiempo en eliminarse cosa que facilita la propagación a otras personas y esto es debido a que la RAM reduce la eficacia del tratamiento.
Es posible que en el futuro ya no sirvan los antimicrobianos.
Al ir haciendose los microorganismos resistentes a cada vez más antimicrobianos, puede llegar el momento (ojalá no) que dejen de servir para curar estas enfermedades.
Encarece la asistencia médica.
Si la enfermedad se alarga y el microorganismo es cada vez más resistente, el paciente deberá estar más tiempo en el hospital y su tratamiento será más largo y costoso. Además se deberán de usar otros antimicrobianos más caros a los de primera línea o incluso investigar sobre nuevos antimicrobianos. La resistencia del VIH a los medicamentos antirretrovíricos es un motivo de preocupación cada vez mayor.
Pone en riesgo los logros de la sociedad en materia de asistencia sanitaria.
Al no haber antimicrobianos eficaces para el tratamiento y la prevención se pondría en peligro el éxito de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia antineoplásica o las grandes intervenciones quirúrgicas.
Afecta a la seguridad sanitaria y perjudica el comercio y las economías.
El aumento del comercio y los viajes internacionales permite que los microorganismos resistentes se propaguen rápidamente a países y continentes lejanos.